El acceso a la vivienda en España sigue comprometido. Los últimos datos del Barómetro del Alquiler, un centro de estudios impulsado por la Fundación Alquiler Seguro, apuntan a que en el segundo trimestre de 2025 la presión de la demanda sigue creciendo, mientras que el precio medio por arrendar una vivienda vuelve a registrar máximos. Las previsiones para la oferta, en cambio, sugieren que este año volverá a reducirse el número de inmuebles que saldrán al mercado.
El alquiler como vía de acceso a una vivienda sigue en expansión. Cada vez más personas buscan alquilar una vivienda, especialmente en las grandes ciudades y en las zonas costeras. Y esto se deja notar en la presión que soporta el mercado: cada inmueble que se pone en oferta cuenta con 141 interesados en los diez primeros días. Se trata del máximo registrado hasta ahora. Hace un año, en el segundo trimestre de 2025, ya se alcanzaron los 115, pero ahora la cifra ha seguido creciendo.
Sin embargo, se trata de un fenómeno muy heterogéneo, que no afecta por igual a todos los territorios del país. Mientras que la mayoría de provincias se encuentran en unos niveles de presión normales o moderados, otras zonas despuntan muy por encima de la media. Este es el caso, sobre todo, de Barcelona, donde la introducción de medidas para regular el mercado, como la limitación de precios, la sitúa ya como la primera del país, con casi 440 interesados por vivienda en los primeros diez días.
Así, las provincias que presentan niveles más altos de presión, aunque están lejos del dato de Barcelona, son precisamente las más pobladas, como Madrid (106 interesados por vivienda) o Valencia (107); las que tienen un mayor peso del turismo en su tejido económico, como Las Palmas (141), Baleares (127) o Alicante (103); o las que ya han declarado zonas tensionadas en sus territorios, como Girona (112), Tarragona (90) o Vizcaya (123).
Con estas cifras, es evidente que es necesario aumentar la oferta de viviendas disponibles para responder a las necesidades de la población. Sin embargo, la proyección del Observatorio para 2025 no es precisamente optimista. Este año, el mercado del alquiler podría perder hasta 14.519 inmuebles con respecto a 2024, con una estimación de que se comercializarán unas 702.819 propiedades. De nuevo, Barcelona sería la provincia donde más se reduciría la oferta, con hasta 6.924 unidades menos que en el ejercicio anterior
Así las cosas, con una demanda que parece imparable y una oferta que todavía no ha tocado fondo, parece poco probable que los precios puedan estabilizarse, mucho menos bajar. De media, los inquilinos españoles pagan 1.155€ por el alquiler de una vivienda, la cifra más alta registrada hasta ahora. Barcelona es la provincia más cara, con 1.656€; seguida de Baleares, con 1.645€; Madrid, con 1.584€; y Guipúzcoa, con 1.483€. En cambio, en lugares como Ciudad Real, Palencia, Badajoz o Lugo los precios no superan los 600€ de media.
Con este panorama, parece difícil que pueda mejorar el acceso a la vivienda en nuestro país, que ya se ha convertido en la principal preocupación de los españoles, según las últimas encuestas del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). La falta de consenso político y el impulso de medidas contraproducentes, como la declaración de zonas tensionadas, no ayudan a mejorar la situación. Urgen políticas eficaces que pongan el foco en el verdadero problema: la escasez de oferta, y que animen a más propietarios a poner sus viviendas en alquiler para contribuir a buscar una solución a este problema.
